miércoles, 12 de noviembre de 2014

Un Cristo perfecto, no un Cristo falsificado

De qué manera en Cristo se juntan las virtudes aparentemente más opuestas. ¡cómo nos han querido falsificar a Cristo en esas imágenes que antes veíamos! ¡Cómo nos han falsificado a ese cristo dulzón, a ese cristo sentimentalón, a ese cristo barata! ¡A ese cristo difuminado, a ese cristo unisex!
Cristo reúne al mismo tiempo la tremenda misericordia hacia aquellos que tienen hambre, hacia el pecador arrepentido, hacia el publicano, hacia la prostituta. el amor por los niños y al mismo tiempo las palabras más fuertes y más duras. El mismo Cristo que que perdona a los pecadores, que cura a los enfermos, que resucita al hijo de la viuda, que llora sobre la tumba del amigo, es el Cristo que cuando PROFANAN LAS COSAS DEL PADRE ES CAPAZ DE AGARRAR EL LÁTIGO Y SACAR A LATIGAZOS A LOS MERCADERES DEL TEMPLO. Los mismos labios de Cristo que son capaces de decir "Dejad que los niños vengan a mi" son capaces de decir, frente a la soberbia de los fariseos. "sepulcros blanqueados", "raza de víboras. "ay de vosotros escribas y fariseos hipócritas" (Tu Reinarás, pags. 26-27)
 
Otro si digo: En estos tiempos en que nos quieren convencer con la imagen de un falso cristo edulcorado, sensiblero, con ese cristo sin Pasión ni Cruz, opongamos un grito firme y fuerte, "Nosotros preferimos ser el ejército militante de Cristo Rey" 

Un Cristo perfecto, no un Cristo falsificado.

De qué manera en Cristo se juntan las virtudes aparentemente más opuestas. ¡cómo nos han querido falsificar a Cristo en esas imágenes que antes veíamos! ¡Cómo nos han falsificado a ese cristo dulzón, a ese cristo sentimentalón, a ese cristo barata! ¡A ese cristo difuminado, a ese cristo unisex!
Cristo reúne al mismo tiempo la tremenda misericordia hacia aquellos que tienen hambre, hacia el pecador arrepentido, hacia el publicano, hacia la prostituta. el amor por los niños y al mismo tiempo las palabras más fuertes y más duras. El mismo Cristo que que perdona a los pecadores, que cura a los enfermos, que resucita al hijo de la viuda, que llora sobre la tumba del amigo, es el Cristo que cuando PROFANAN LAS COSAS DEL PADRE ES CAPAZ DE AGARRAR EL LÁTIGO Y SACAR A LATIGAZOS A LOS MERCADERES DEL TEMPLO. Los mismos labios de Cristo que son capaces de decir "Dejad que los niños vengan a mi" son capaces de decir, frente a la soberbia de los fariseos. "sepulcros blanqueados", "raza de víboras. "ay de vosotros escribas y fariseos hipócritas"
(Tu Reinarás pags. 26-27)
Otro si digo: En estos tiempos en que nos quieren convencer con la imagen de un falso cristo edulcorado, sensiblero, con ese cristo sin Pasión ni Cruz, opongamos un grito firme y fuerte, "Nosotros preferimos ser el ejército militante de Cristo Rey"

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