En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y te pedimos Señor, te pedimos que no olvidemos nunca las cosas grandes de nuestro pasado; porque una Nación sólo puede construir su futuro, si como el árbol, tiene hundidas profundamente las raíces en la verdad de su pasado.
Te pedimos Señor, que el ejemplo de Juan Manuel sea la inspiración de nuestra juventud. Que miren no a los ídolos de la farándula o de las series extranjeras, sino al ejemplo de los Santos y al de los Héroes; y encuentren en Juan Manuel el arquetipo del gaucho y del patriota.
Que Juan Manuel, con su austeridad y su honradez, con su patriotismo y con su firmeza, sea el ejemplo para nuestros hombres de gobierno.
Te pedimos, Señor, por la unidad de todos los argentinos; por esa unidad que no sea construida sobre pactos que no se cumplen, sobre dobles discursos, sobre palabras falsas ni sobre un sentimentalismo que no dura; sino en la verdad de una empresa grande, de una empresa nacional, del bien común de la Patria, puestos por encima de los intereses particulares, por encima de los intereses de sectores, de clases o de partidos.

Te rogamos Señor por los que han hecho esta Patria regando y santificando su suelo con el sudor en el trabajo, con la sangre en las batallas.
Te rogamos por el alma de todos los muertos por la Patria en la Independencia, en las guerras de la soberanía, en la Vuelta de Obligado; por aquellos que no descansan sino que esperan en la turba de las Malvinas y en las aguas heladas de los mares del sur.
Te rogamos Señor que le des a Don Juan Manuel de Rosas el descanso eterno; y que a nosotros nos niegues el descanso, nos niegues la tranquilidad, la comodidad, la paz hasta que con los escombros de esta Patria en ruinas sepamos edificar la Argentina grande que Juan Manuel amó, en la cual soñó y por la cual entregó su vida.
Padre nuestro…

Y que la bendición de Dios Todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo descienda sobre todos los aquí presentes y sobre todo el pueblo de nuestra Patria. Amén.
(Oración previa a la inhumación de los Restos del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas, pronunciada el día 1 de octubre de 1989 en el Cementerio de la Recoleta por el Pbro. Alberto Ignacio Ezcurra)
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